Comentario sobre La Plaza Mayor de Paucartambo
Debido a su precoz talento artístico, Enrique Camino Brent sería el miembro más joven del primer núcleo indigenista peruano, agrupado en torno a la figura de José Sabogal. A los veintiocho años de edad, en 1937, era ya designado profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima y emprendía un viaje de estudios al sur del país. En el Cuzco y su región captó motivos lugareños como esta Plaza mayor de Paucartambo, con miras a su segunda exposición en la capital, que marcó la consolidación de su estilo personal. Al momento de presentarla, en junio de 1938, la respuesta aprobatoria de parte de la crítica local fue unánime e inmediata. Algunos comentaristas llegarían incluso a señalar a Camino Brent como el verdadero continuador de Jorge Vinatea Reinoso (1900-1931), notable pintor prematuramente desaparecido, pues como él había logrado sintetizar a su modo la refinada técnica pictórica del maestro académico Daniel Hernández con los postulados programáticos nacionalistas de Sabogal (1).
Consecuencia de esa muestra consagratoria fue la invitación cursada al pintor para exponer en la galería Witcomb de Buenos Aires. Llevaría entonces una versión resumida de aquel conjunto, en medio de un clima de creciente intercambio cultural entre la región andina del Perú y la Argentina (2). Dicha exhibición, abierta entre julio y agosto de 1939, fue recibida con entusiasmo por la prensa bonaerense, que percibió en la pintura de Camino Brent un definido carácter, “cuyo contenido emocional la opone a todo lo retórico y la sitúa en lo más vivo y auténtico de nuestra América” (3). El catálogo reunía tres grandes núcleos temáticos referidos a los departamentos de Puno, Ica y Cuzco, el último de los cuales –compuesto por ocho cuadros correspondientes a la capital incaica y sus alrededores– incluía la presente obra, adquirida en noviembre por acuerdo de la Comisión Nacional de Bellas Artes (4).
Pocas piezas como esta sintetizan mejor la celebrada vertiente paisajística de Camino Brent. Situado en el extremo oriental del departamento del Cuzco, el pueblo de Paucartambo constituye una de las puertas de entrada a la selva del sur. Allí el pintor trazó una amplia panorámica de la plaza principal, solo comparable por su ambición compositiva con la vista contemporánea de los Portales de Ocongate (colección privada, Lima), otra comarca de la periferia cuzqueña. Ambas obras evidencian el creciente interés de Camino por la arquitectura y el urbanismo populares, que será constante a lo largo de su trayectoria. Esa característica fue ya advertida por algunos comentaristas del momento como Carlos Raygada, quien llegó a calificarlo como “uno de los más afortunados intérpretes pictóricos” de la arquitectura tradicional, pero sobre todo enfatizaba el “sentido decorativo” y el virtuosismo técnico dominantes en el estilo del artista (5).
Esos rasgos quedan manifiestos en la personal interpretación que Camino Brent ensaya sobre esta plaza serrana, donde incluso las figuras, fuertemente estilizadas –una pastora y dos alpacas–, se integran a un cuidado esquema compositivo de apariencia más bien escenográfica. Para lograrlo el pintor recurre a un colorido intenso, puro y contrastado, que busca recrear la neta luminosidad atmosférica andina, y se ve potenciado por su peculiar modulación rítmica de las masas espaciales. Esta no solo abarca las ondulaciones del suelo y las pronunciadas curvaturas de los volúmenes arquitectónicos, sino que se traslada a la imponente montaña tutelar del fondo e incluso a las nubosidades del cielo. Todo parece fundirse dentro de una misma dinámica vital, como si se tratase de sincronizadas formaciones naturales, para sugerir así una perfecta empatía entre el hombre y la tierra, esa armónica simbiosis que vincularía secularmente a las culturas tradicionales del Perú con su entorno geográfico.
por Luis Eduardo Wuffarden
1—Véase, por ejemplo: “Dos exposiciones recientes: Bernardo Rivero y Enrique Camino B.”, Turismo, Lima, a. 13, nº 128, junio de 1938, [s.p.]; y Raygada, 1938.
2—Este activo circuito de interacción cultural es estudiado de manera exhaustiva en el reciente libro de Elizabeth Kuon Arce; Rodrigo Gutiérrez Viñuales; Ramón Gutiérrez y Graciela María Viñuales, Cuzco-Buenos Aires. Ruta de intelectualidad americana (1900-1950). Lima, Fondo Editorial de la Universidad San Martín de Porres, 2009. Véase una referencia específica a la exposición de Camino Brent y su catálogo en las páginas 310 y 405 del citado volumen.
3—[Sin firma], La Nación, Buenos Aires, reproducido en El Comercio, Lima, 13 de agosto de 1939, sección segunda, p. V.
4—El cuadro es remitido al Museo de Bellas Artes mediante carta fechada el 20 de noviembre de 1939, en que se comunica la adquisición de parte del Presidente de la Comisión Nacional de Bellas Artes.
5—Raygada, 1938.
Bibliografía
1938. J.C.M. [Jorge C. Muelle], “Exposición Camino Brent”, La Prensa, Lima, 4 de junio, p. 4. —PICCOLO [pseud.], “La exposición Camino Brent”, La Prensa, Lima, 5 de junio, p. 13, reprod. — RAYGADA, Carlos, “La segunda exposición de Enrique Camino”, El Comercio, Lima, 5 de junio, p. V, reprod.
1945. JOCHAMOWITZ, Alberto, “El arte en el Perú” en: Perú en cifras 1944-1945. Lima, Ediciones Internacionales, p. [899], reprod.