Comentario sobre Retrato de dama
Una mujer joven, sentada con su cuerpo orientado diagonalmente en relación al plano pintado, gira ligeramente su cabeza hacia la derecha para mirar al observador. Lleva un
vlieger negro, con mangas y sin hombreras, con un
lijfje o
borts, corsé que afina su silueta, y una gorguera amplia y chata que deja ver, en la base de su cuello, los encajes de su camisa blanca. Su pelo recogido hacia atrás, apenas se ve, oculto por el tocado en herradura de gasa bordada. Su figura se recorta contra el fondo oscuro y casi plano, desde el cual parece emerger.
Entre el enorme número de retratos pintados en Holanda durante el siglo XVII, se cuentan el individual y el de grupo, en tamaños que van desde la miniatura hasta el tamaño natural, con figuras representadas de cuerpo entero, medio cuerpo, tres cuartos o bustos, con o sin manos, y cabezas. Otra variedad importante la constituyen los pares que se realizaban con motivo de un casamiento, telas o paneles de dimensiones similares donde se representaba la pareja mirando hacia adelante o a veces cruzando miradas entre sí, la mujer a la derecha y el hombre hacia la izquierda. La luz cae habitualmente desde la izquierda, dejando la cara del retratado parcialmente en sombra, mientras que su compañera la recibe directamente en ambos lados de modo similar (1).
Nicolaes Eliasz. Pickenoy, pintó este tipo de retratos, en los que supo dotar de vida a sus personajes introduciendo un ligero movimiento en su pose o variando la posición de sus brazos y manos. Eso puede verse en los que pintó al rico comerciante de Amsterdam, Cornelis Graeff y su mujer Catharijne Hoft (2). Elegantemente vestidos, aparecen de cuerpo entero en un ambiente que denuncia bienestar y riqueza. Evidencian un dibujo excelente así como gran competencia en el manejo de la carnaciones y en la representación de textura de ropajes y otros elementos del ámbito en que se mueven.
Es probable que nuestra obra pertenezca a este tipo de retrato, ya que sigue la fórmula establecida, aunque también podría tratarse de un retrato individual, pero sólo podremos comprobarlo si se halla su desaparecido compañero. En este caso, un busto sin manos, el pintor se ha concentrado en destacar el rostro de esta joven mujer. Para ello ha usado suaves gradaciones de luz y sombra que modelan su cabeza, con el rostro plenamente iluminado. Paulatinamente, las sombras se reducen, especialmente en las partes blancas, gorguera y tocado, donde aparecen pequeños reflejos que definen los bordes de los encajes de su camisa o los del pequeño adorno en su pelo, que constrastan con la sombra del cuello y la que la cabeza arroja sobre la gorguera así como con el vestido y el fondo oscuros.
Este notable juego de luces sirve para crear un adecuado efecto de relieve que da vida al retrato. Al brillo de los ojos, con una mirada que trasunta concentración, y al de las pequeñas perlas que rematan sus aros colgantes de oro, se suman los reflejos y las texturas del ropaje para crear una imagen de gran realismo. La ligera torsión del rostro y el juego de luces, dan a la pintura una gran sensación de espontaneidad, dotándola al mismo tiempo de cierto dinamismo. La solución de la pose remite a una fórmula usada tanto en Amsterdam como en la vecina Haarlem, donde Johannes Cornelisz. Verspronck (1606/11-1662) la usó en numerosas obras (3). Por el ropaje que luce nuestra joven, que estuvo de moda en las ciudades que mencionamos alrededor de 1640-1645, podemos decir que es en esa época cuando la obra fue realizada (4).
Junto a Thomas Hendricksz de Keyser (1596/97-1667), Pickenoy fue uno de los retratistas más importantes y requeridos de Amsterdam hasta 1631, año de la llegada de Rembrandt a la ciudad. La presencia de este artista, sin embargo, de ningún modo empañó ni su fama ni su actividad. La pintura de Rembrandt y especialmente su técnica, alejada de la pincelada suave y superficie tersa que practicaba Pickenoy, se adecuaba mejor a los requerimientos de una clientela totalmente diferente, posiblemente vanguardista. Su producción se mantuvo constante hasta su muerte, recibiendo encargos importantes para algunos retratos colectivos como el
Banquete de la Guardia del Capitán Jacob Backer (5).
Nicolaes Eliasz. Pickenoy, nació en Amsterdam en 1588, hijo de Elias Claesz. Pickenoy inmigrante de Amberes con el cual su primera obra tiene ciertas similitudes.En 1621 casó con Lewine Bouwens.Fue un retratista importante que incorporó el manejo de la luz a sus pinturas, que muchas veces se comparan a las de M. de Mierevelt por la cuidadosa observación de los detalles. A menudo fue confundido con Thomas H. de Keyser, quien actuó en su misma época. Fue requerido para pintar retratos colectivos en diversas oportunidades y en esas obras introduce la observación psicológica de los personajes, como sucede en "La lección de anatomía del Doctor Fonteyn"
y en "La compañía del capitán Vlooswijck"
, ambas en el Rijksmuseum de Amsterdam.Se supone que fue el maestro de Bartholomeus van der Helst, renovador del retrato de la escuela de Amsterdam, en cuyo "Regentes del orfelinato valón"
de 1637 se ha visto reflejada su influencia.Murió en Amsterdam entre 1655 y 1656.
por Ángel M. Navarro
1994. AMN, pp. 107-109, reproducido.
Bibliografía
(1) Véase los retratos de Frans Hals de Jacobs Pieter Olycan y su esposa Aletta Haneman, tela, 124,6 x 97,3 cm respectivamente, de 1625, La Haya, Mauritshuis, inventario n° 459 y 460 y los de Stephanus Geraerdts e Isabella Coymans, tela, 115 x 87 cm y 116 x 86 cm. El primero en el Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes, inventario n° 647 y el otro en colección privada, donde Hals introduce una pose más distendida de la pareja que sonríen entre sí y complementan sus poses en contrapposto.
(2) Ambas, tela, 184 x 104 cm, Berlín, Gemäldegalerie, Staatliche Museum.
(3) Véase R. E. O. Ekkart, Johannes Cornelisz. Verspronck (catálogo de exposición), Haarlem, 1979.
(4) Véase por ejemplo, Rembrandt, Retrato de mujer, tabla (oval), 69,5 x 55,4 cm, Louisville, Kentucky, The J. B. Speed Art Museum, o los de J. C. Verspronck en R. E. O. Ekkart, op. cit., n°1, 20, 22, 45, 46.
(5) Tela, 1948 x 531 cm, Amsterdam, Historisch Museum.