Comentario sobre Saturnalia
Saturnalia, considerada por gran parte de la crítica como la obra maestra de su autor, al que se le reconocen varios rasgos típicos del naturalismo napolitano, fue terminada en 1899 al cabo de once años de labor. En ese año la Giunta Superiore di Belle Arti, al adquirirla para la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, dispuso que se la fundiese en bronce para presentarla en la Exposición Universal de París de 1900. Allí obtuvo el Gran Prix y un gran éxito de público. Paradójicamente, cuando cinco años después fue expuesta en Estados Unidos (1), no fue bien recibida por la crítica y se la acusó de obscena.
Desde el punto de vista temático
Saturnalia se inscribe en la corriente historicista que a lo largo del siglo XIX despertó el interés del gran público en todo tipo de manifestaciones artísticas. En este caso Biondi se inspiró en la Roma imperial a cuya decadencia alude en su grupo escultórico, que representa un episodio de las Saturnalias. En la antigua Roma estas fiestas se realizaban en honor del dios Saturno y se caracterizaban por la inversión de los roles sociales. En ellas, los esclavos mandaban a sus amos y estos les servían en un clima de festejo licencioso.
Por su tema la escultura puede relacionarse con dos exitosas obras contemporáneas: la novela
Quo Vadis?, publicada en 1896, y el cuadro
Las antorchas de Nerón, ambos de Henryk Siemiradzki (1843-1902) (2). Es bien conocido el éxito alcanzado por la novela mientras que la obra del pintor polaco es prácticamente desconocida, a pesar del suceso obtenido en la segunda mitad de la década de 1870.
Biondi plasma su visión de la decadencia romana en un grupo escultórico con figuras de tamaño natural que es, sin duda, la tipología más adecuada para lograr un fuerte impacto teatral. Como antecedentes inmediatos de esta tipología mencionaremos dos significativas obras contemporáneas a
Saturnalia. En primer lugar, la célebre
Los burgueses de Calais (1884-1886) de Rodin y en segundo, una obra de menor trascendencia, pero importante para la nuestra,
I parassiti (1868) de Achille D’Orsi. Sus dos únicos personajes inspiraron a Biondi que los reformuló en tres de sus figuras: los patricios.
Una de las mayores virtudes de
Saturnalia es su composición. Su autor sale airoso del desafío que significa reunir de manera armoniosa y dinámica un grupo numeroso y heterogéneo de personajes (gladiador, patricios, sacerdotes, niño, prostituta, esclava) y dotarlos de intensa y variada expresividad.
La historia de nuestra
Saturnalia se inició en 1907 cuando el escultor argentino Hernán Cullen Ayerza la vio en Roma en el taller de Biondi y, entusiasmado, le propuso realizar un ejemplar para Buenos Aires. El escultor aceptó la propuesta y la obra, terminada en 1909, ingresó al país en 1910 (3).
En los círculos oficiales
Saturnalia provocó rechazos por cuestiones estéticas y morales y por ello debió permanecer algunos años en los depósitos de la aduana. Finalmente, Cullen Ayerza decidió ubicarla en el jardín de su residencia.
En 1934 el artista argentino la donó al MNBA con la única condición de que fuera exhibida dentro del mismo.
Saturnalia, sin embargo, siguió en poder del donante pues el Museo carecía de un lugar apropiado para cumplir con ese requisito (4). En 1940, al morir Cullen Ayerza, la obra aún se encontraba en su poder.
Finalmente, luego de diversos avatares, el Museo la dio en préstamo a la Municipalidad de la Ciudad cuyas autoridades, en 1987, decidieron emplazarla en el Jardín Botánico, donde se encuentra actualmente.
por Marcelo Renard
1— Exposición Panamericana de Buffalo y The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. 2— Esta obra (óleo sobre tela) que presenta el martirio de los cristianos quemados vivos frente a Nerón se encuentra en el Museo de Cracovia. 3— De esta obra existen solo dos ejemplares, el de Roma, que se encuentra hoy en la Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea (inv. C 48.750) y el de Buenos Aires. 4— Se pensaba salvar este inconveniente en el nuevo edificio con que contaría el Museo en un futuro próximo.
Bibliografía
1996. VAN DEURS, Adriana y Marcelo Renard, “Escultura italiana en el Museo Nacional de Bellas Artes” en: II Jornadas de Estudios e Investigaciones en artes visuales y música. Buenos Aires, Instituto de Teoría e Historia del Arte Julio E. Payró. Buenos Aires, FFyL-UBA, p. 128-129.
2001. VAN DEURS, Adriana y Marcelo Renard, La escultura italiana del Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 76-79.