Comentario sobre La vuelta de la montería
Este tapiz fue tejido en la Real Fábrica de Tapices entre 1923 y 1925. Su cartón original fue ejecutado por el pintor valenciano Manuel Benedito Vives, basado en la pintura al óleo de 1913, actualmente en la Colección del Banco Santander Central Hispano de Madrid (1). Este cartón fue llevado al telar en tres oportunidades.
El primer tapiz fue encargado por el Marqués de Urquijo; el segundo es el que nos ocupa, encargado por el dr. Salvador Fornieles y sra. donado al Museo Nacional Bellas Artes en 1942. El tercero fue tejido alrededor de los años sesenta del pasado siglo XX. Para diferenciar cada ejemplar mediante algún rasgo que le confiera individualidad, el color del pelo de uno de los perros de la cacería es distinto en cada pieza, por su parte el árbol del tapiz del MNBA es más frondoso y su tamaño varía ligeramente respecto al del Marqués de Urquijo (3,61 x 4,34 cm).
Manuel Benedito Vives no sólo pintó el cartón sino que también dirigió personalmente el traspaso al telar para que se respetara con rigurosidad el uso del color. Seis tejedores trabajaron en este tapiz realizado en telar de
alto lizo bajo la supervisión de Livinio Stuyck, director de la Real Fábrica, cuya firma se observa en el ángulo inferior derecho. La incorporación del pintor a la manufactura tenía por objetivo lograr la renovación en los diseños de los cartones para restablecer el prestigio que esta fábrica tuvo en los tiempos de Carlos III, bajo la dirección de Antonio Rafael Mengs y con Goya como proveedor de cartones.
La escena representa un grupo de cazadores cargando un ciervo y un jabalí muertos que retornan de la montería con su jauría de perros. Un inscripción latina dentro de la cartela en el centro de la bordura superior alude a los resultados exitosos de la jornada:
Canum custodia cincti, hirsutum aprum cervumque vasti corporis captos portantes, rustici venatione redunt (¨Rodeados por la guarda de los perros, llevando un hirsuto jabalí y un venado corpulento cazados, vuelven los campesinos de la montería¨). La composición clara y el dibujo preciso lleva directamente a pensar en los tapices esplendorosos del siglo XVI. La bordura poblada de motivos fitomorfos y zoomorfos remite claramente a la tapicería flamenca, inspirada en este caso en la bordura de las series
Historia de Dido y Eneas e
Historia de Zenobia, ambas tejidas en Bruselas en el taller de Gerardo Peemans hacia 1660 y pertenecientes al Patrimonio Nacional Español (2). Otro paño de la serie de Historia de Zenobia de Peemans,
Guerreros luchando ante la ciudad de Palmira, se conserva en la colección del Jockey Club en la sede social porteña, con bordura similar a la de
La vuelta de la montería.
El museo posee en su fondo de arte español cinco obras pictóricas de Manuel Benedito Vives, entre las que destaca el par
Gente de mar, procedente de la colección Blanco Casariego.
por Astrid Maulhardt
1— Laura de la Calle Vian, La Edad de Plata de la tapicería española. Fundación Universitaria Espoñola. Madrid, 2013, p. 44 - 50
2— Laura de la Calle Vian, La Real Fábrica de Tapices de Madrid. Muerte y Resurrección de un arte. Revista Anales de Historia del Arte. Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2010, p. 255.