
S/T
Santilli, Marcos. c. 1972
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 10941
Obra Exhibida
"Museo secreto. De la reserva a la sala" - Pabellón de exposiciones temporarias
Eduardo Stupía es un artista fundamental en la redefinición del dibujo en el arte contemporáneo argentino. Su distintivo lenguaje gráfico, escritural y pictórico se basa en un conocimiento trazo a trazo de la historia del arte occidental y oriental. Su cultura visual combina horas de televisión, cine, teatro y lecturas de historietas con una personal formación literaria y musical.
Comenzó su carrera en la década de 1970 cuando finalizaba sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí Felipe Pino, Marcia Schvartz, Roberto Elía y Jorge Gumier Maier, entre otros, fueron sus compañeros. Su primera exposición individual tuvo lugar en la galería Lirolay en 1972, donde mostró obras de figuración fantástica, ligada al lenguaje del comic. Desde entonces comenzó a enmarañar las líneas de sus dibujos, construyendo enjambres narrativos que invocan la concentración del espectador, no solo para descubrir posibles escenas sino para experimentar el crepitar de sus juegos gráficos. A través de un amplísimo catálogo de líneas, los trabajos de Stupía hilan imágenes diversas, entre miniaturas y filigranas.
Beatriz Sarlo lo ha definido como un creador posmoderno cuyos dibujos son portadores de una doble óptica: desde lejos, reina la abstracción gráfica y cuando la óptica es cercana, la mirada hace foco en un imaginario ficcional, representativo, de un origen cultural diverso (1). Esta convivencia entre lo abstracto y lo efectivamente referencial fue siempre armónica y estimulante. Sobre la sensación de ensueño que subyuga al espectador de una obra de Stupía, Daniel Samoilovich ha afirmado: “Uno ya no sabe, entonces, si es el paisaje que se va tornando abstracto, o si son las rayitas las que se dejan agarrar, de cuando en cuando, por la tentación de figurar alguna cosa; si la representación está atacada por el verdín de la tinta china y sus caprichos, o si, por el contrario, esa manía casi infantil que tenemos de buscar en toda nube una cabeza de gigante nos lleva a encontrar figuras donde no las hay” (2).
Hacia la década de 1980 la práctica creativa de Stupía comenzó a ligarse con la modalidad de improvisación del jazz: a partir de cierta estructura de composición surge una gestualidad más libre que deja lugar a lo indeterminado. Asimismo, a la apariencia abigarrada y barroca de sus obras se le sumó un contrapunto entre llenos y vacíos. Poco a poco, el pequeño trazo caligráfico dejó lugar a la energía expresiva del gesto. En la década de 1990 sobrevino la ampliación del formato de sus obras que de alguna manera reforzó la hibridación entre dibujo y pintura propia del artista (3).
Varios de los rasgos mencionados confluyen en la obra del MNBA. Se trata de una tela, soporte que Stupía comenzó a utilizar más frecuentemente en el nuevo milenio. En ella, persiste la reminiscencia de una mirada que es seducida por los movimientos de la forma orgánica pero que nunca es del todo capturada por ella. En efecto, remite más a una idea de “paisaje” que a la imitación llana de la naturaleza. El uso de aguadas arremolina ciertos trazos en forma multidireccional y dispersa la espesura de esa especie de follaje monocromático que sugiere no uno sino una proliferación de centros (4). Aquella doble óptica se diluye. La obra apela menos a una visión lejana o cercana que a una mirada errante sobre el total de la superficie, una contemplación que de alguna manera requiere y combina la dinámica física e intelectual del espectador.
Eduardo Stupía es director de arte de Diario de Poesía desde 1992. Ha obtenido múltiples distinciones a lo largo de su carrera. En 2006, año en que ingresó su pieza a la colección del MNBA, se llevó a cabo una exposición retrospectiva consagratoria en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. En 2007 ganó el Gran Premio del Salón Nacional y obra suya ingresó a la colección del Museum of Modern Art de Nueva York.
1— Beatriz Sarlo, “Instantáneas: dos ópticas” en: Escenas de la vida posmoderna. Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina. Buenos Aires, Ariel, 1996 [1994], p. 139-140.
2— Daniel Samoilovich, “Dos textos sobre Diez tintas sobre papel rugoso” en: Eduardo Stupía. Tinta sobre papel, cat. exp. Buenos Aires, Centro Cultural Recoleta, 1999.
3— Mercedes Casanegra, “Eduardo Stupía, entre el vacío y el límite” en: AA.VV., Eduardo Stupía. Obras 1971-2006. Buenos Aires, Centro Cultural Recoleta, 2006, p. 15 y ss.
4— Fabián Lebenglik, “Stupía” en: AA.VV., Eduardo Stupía. Obras…, op. cit., p. 22.
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