
Portrait de Diego Martelli (Retrato de Diego Martelli)
Degas, Edgar. 1879
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 2707
Obra Exhibida
Sala 12. Arte francés - Siglo XIX
A mediados de 1880, Edgar Degas realizó un conjunto de siete pasteles y una escultura, dedicados a un singular y pintoresco personaje de la Commedia dell’Arte, el arlequín. Lo representó en escena, acompañado en segundo plano por un grupo de bailarinas, en diferentes situaciones inspiradas en Les jumeaux de Bergame, pieza compuesta por Jean-Pierre Claris de Florian en 1782. Se trata de una comedia en prosa, en un acto, sobre la historia de dos hermanos (arlequines) enamorados de la misma mujer, Rosette (o Coraline), con enredos que se suceden a causa del parecido físico entre ambos. El clima de farsa en relación al cortejo y al amor tiene un desenlace feliz, con un matrimonio doble entre el Arlequín mayor con Rosette, y su hermano más joven con el contrapunto femenino, Nérine.
Degas comenzó a ejecutar pasteles dedicados a esta pieza en el invierno de 1884, por lo que es probable que hubiera visto una representación en alguna sala de París durante el transcurso de ese año. Se sabe con certeza que los pasteles sobre este tema que realizó entre 1885 y 1886 se inspiraron en la adaptación para ballet realizada por Charles Nuitter y Louis Mérante ese último año. La pieza se presentó en el Teatro Nacional de la Ópera, con vestuario diseñado por Ludovic-Napoléon Lepic, música de Théodore de Lajarte y acompañamiento de la orquesta del teatro, con dirección de M. Altès. En esa versión, los personajes masculinos fueron representados por mujeres: el rol del Arlequín lo interpretó Mademoiselle Salle (o Sanlaville), bailarina estable de la Ópera (de quien Degas realizó, además, un retrato al pastel en 1886, y a quien le dedicó un soneto), y el de su hermano, Mademoiselle Biot. En cuanto a los personajes femeninos, el de Rosette lo llevó a cabo otra bailarina de la Ópera, Mademoiselle Subra (también retratada en otra ocasión por Henri Toulouse-Lautrec), y el de Nérine, Mademoiselle Ottolini.
En 1885, el artista asistió a los ensayos de la pieza, y el 12 de febrero de 1886, a una función (luego de su estreno, el 26 de enero), en la que también tuvo acceso al escenario y al foyer. Esta cercanía con las intérpretes y con el cuerpo de ballet de la Ópera durante la etapa de preparación –método de trabajo habitual del artista por lo menos a partir de 1870– le permitió representar la escena desde un punto de vista cercano, casi íntimo. En Arlequin danse (Arlequín danzando) representó al Arlequín mayor con el típico traje de rombos rojos, azules, amarillos y verdes, un sombrero pequeño, una máscara y unos zapatos sin tacones, según la definición de la Historia del Teatro Italiano, de L. Riccoboni, publicada en París en 1731 (en lugar de respetar el vestuario para la obra diseñado por Ludovic-Napoléon Lepic). Debajo de esta vestimenta, puede reconocerse una silueta femenina, la de Mademoiselle Salle, delante de tres bailarinas que realizan, ensimismadas, los tradicionales pasos de danza.
La obra pertenece a la época en que Degas alcanzó su madurez artística. A lo largo de la década de 1880, su producción se caracterizó por la técnica del pastel, y por unas composiciones con poca profundidad espacial, ángulos con efectos teatrales, formas reducidas a lo esencial, trazos de colores con mezclas ópticas y representación del movimiento. Esto puede verse en Arlequin danse, donde realizó una de sus temáticas preferidas, las bailarinas en el escenario, sin detenerse en los detalles o en el acabado de las figuras, sino en la idea del movimiento, en unos cuerpos que se tensan y se aflojan al ritmo del baile. Enmarcada en un espacio recortado, desde un punto que permite una visión del suelo, la escena está realizada a partir de líneas rápidas, intensas y cargadas de color.
En sus inicios, esta obra perteneció a las colecciones de Héctor Brame, Durand-Ruel y Manigot, todas ellas, de París. En la década de 1880, Degas fue cliente habitual de la galería Durand-Ruel (que ya en 1884 había adquirido uno de estos pasteles dedicados a los arlequines), pero no se sabe con certeza la fecha en que esta pieza entró a esta importante colección, aunque pudo haber sido hacia 1890.[1] Poco después, la obra pasó a manos del político argentino Aristóbulo del Valle, y si bien no existen datos sobre esta adquisición, pudo habérsela encargado desde Buenos Aires al artista Eduardo Schiaffino, quien por esa época estudiaba pintura en París y lo asesoró con otras compras, antes de su regreso definitivo, en 1891.
Lo cierto es que la obra estuvo exhibida en Buenos Aires en la Exposición Artística del Palacio Hume de 1893, prestada por el propio Del Valle. Después de 1896, año de la muerte del político, algunas piezas de su colección se exhibieron en el Museo Nacional de Bellas Artes, probablemente porque el director (Schiaffino) buscaba impulsar su compra para la institución. Hacia 1900, Arlequin danse se exhibía en la sala 4 del Bon Marché (donde el Museo funcionaba por entonces), según consta en el Baedeker, una guía informativa de la época, donde Schiaffino la describió como “la obra más modernista del Museo”. En febrero del año siguiente, este pastel fue ofrecido a la venta dentro de un lote por la viuda de Del Valle. Poco después, el museo compró la obra, que ingresó formalmente a la institución. Permaneció en la sala 4 hasta que el Museo se trasladó al Pabellón, donde pasó a exhibirse en la sala III de la planta alta, a partir de septiembre de 1911.
[1] Detrás del bastidor, puede verse el sello Durand-Ruel, con sus direcciones de París y Nueva York, en este último caso, la de la sede donde la galería se había mudado en 1890, por lo que la compra pudo haberse realizado en una fecha cercana.
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