Comentario sobre El Obispo
En su ya clásico libro
El arte de los argentinos, José León Pagano señalaba en 1937 que dentro de los pintores de la generación del 80, Emilio Caraffa era el mejor acuarelista, y en efecto
El obispo corrobora esta apreciación. En la obra, también conocida como
La bendición episcopal, el pintor utiliza hábilmente las sutilezas de la técnica, los artificios de la mancha acuosa y sus transparentes veladuras, logrando recrear una atmósfera particular. Resuelta con pincel franco y espontáneo pero de toque seguro, se destaca en la composición un único personaje en actitud de bendecir, ataviado con sus típicos atributos: capa pluvial, báculo y mitra. Las sombras que proyecta la figura del prelado se funden con los arabescos del mobiliario litúrgico del fondo, concediéndole mayor efectismo a la escena representada. Inscripta dentro de un realismo naturalista, muchos rasgos de esta acuarela reflejan las observaciones tomadas del natural; esta actitud sitúa a Caraffa como un artista moderno alejado de la modalidad antigua que consistía en copiar estampas y modelos o pintar de memoria en el taller.
La obra fue realizada en Madrid en el último cuarto del siglo XIX, un momento en el que muchos pintores comenzaron a utilizar la acuarela como técnica autónoma, tras la gravitación ejercida por la obra de Turner, las tendencias de la pintura al aire libre o la moda de los temas costumbristas. El auge de la técnica originó el nacimiento en toda Europa de las denominadas
sociedades de acuarelistas, como por ejemplo la que se creó en Madrid en 1878 y de la cual Emilio Caraffa fue un activo integrante durante su permanencia en esa ciudad entre 1886 y 1891.
El obispo fue distinguida con medalla de plata en la Exposición Universal de Saint Louis, y este premio debe ser entendido como algo excepcional para una composición resuelta con esta técnica, ya que como afirmaba Eduardo Schiaffino “pocas acuarelas han ganado tan alto premio”. Luego de la presentación en Saint Louis, la obra fue adquirida por el gobierno nacional pasando a integrar el patrimonio del MNBA y en 1937 fue cedida en préstamo al Museo Provincial de Bellas Artes Juan Ramón Vidal, de la ciudad de Corrientes, donde permaneció hasta el año 2007.
por Tomás Ezequiel Bondone
Bibliografía
1893. RETHORÉ, J. J., “Ateneo-Exposición de pinturas-proemio”, Tribuna, Buenos Aires, 13 de mayo, p. 1, col. 7.
1937. PAGANO, José León, El arte de los argentinos. Buenos Aires, edición del autor, t. 1, p. 413, reprod. byn. nº 264.
2007. BONDONE, Tomás Ezequiel, Caraffa. Córdoba, Ediciones Museo Caraffa, p. 109, reprod. color nº 62.