
En rojos
Fernández Muro, José Antonio. 1959
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 7169
Obra Exhibida
Sala 35. Arte concreto y Abstracción. 1945-1970
José Antonio Fernández Muro se trasladó en 1938 a la Argentina junto a su familia a causa de la guerra civil española. Aquí inició sus estudios artísticos en el atelier del pintor catalán Vicente Puig, taller muy transitado por los artistas argentinos en la década del 30. Su obra de este período es de carácter figurativo; paulatinamente, a lo largo de la década del 50 fue abandonando los resabios representativos para involucrarse cada vez más en las problemáticas abstractas.
En 1952, Fernández Muro participó de la formación del Grupo de Artistas Modernos de la Argentina bajo la conducción de Aldo Pellegrini. Este grupo congregaba diversas líneas de artistas no figurativos: por un lado, al grupo de artistas concretos –Maldonado, Hlito, Prati, Iommi y Girola– y por otro lado, a un conjunto de artistas independientes, entre ellos Fernández Muro junto con Sarah Grilo, Miguel Ocampo y Hans Aebi. El Grupo de Artistas Modernos de la Argentina se diferenciaba claramente de las agrupaciones invencionistas de los años 40: no solo no proponían una apuesta programática sino que en cuanto agrupación no apuntaban mucho más allá de lo que su impulsor definía como “pura visualidad” (1). Si bien su trayectoria fue más bien breve realizaron dos muestras internacionales muy significativas: una de ellas en el Museu de Arte Moderna en Río de Janeiro, que luego se presentó en el Stedelijk Museum de Ámsterdam (2). Evidentemente, se trataba de un momento de decantación de búsquedas abstractas en la cual el dogmatismo concretista cedía a la conciliación con otras propuestas generándose nuevas y fructíferas interrelaciones. En este sentido, Aldo Pellegrini ha señalado en su libro Panorama de la pintura argentina contemporánea que en este grupo hubo una verdadera interacción entre sus componentes: “los independientes asimilaron la concepción de rigor y sobriedad de los concretos y se inclinaron cada vez más hacia la abstracción geométrica, mientras que los concretos sufrían la saludable influencia del espíritu menos dogmático de los independientes” (3).
Efectivamente, Pintura da cuenta de este proceso. En esta obra Fernández Muro trabaja a partir del círculo como elemento compositivo central. Luego de definir este elemento en magenta en el margen izquierdo de la tela, el artista descompone esta figura con diversas operaciones. Trabaja con la media circunferencia lineal y con el medio círculo articulando estas formas sobre el eje horizontal de la obra. A nivel cromático, el azul violáceo actúa como el color que homogeneiza la obra aunque utiliza acentos en negro y en magenta para definir las figuras. Esta obra es, sin duda, representativa de la articulación entre el formalismo geométrico y un cromatismo más lírico, síntesis a la cual se refería Aldo Pellegrini.
1— Aldo Pellegrini, Grupo de Artistas Modernos de la Argentina, cat. exp. Buenos Aires, Viau, 1952.
2— Grupo de Artistas Modernos argentinos, Museu de Arte Moderna, Río de Janeiro, 1953, y Acht argentinijse abstracten, Stedelijk Museum, Ámsterdam, 1953.
3— Aldo Pellegrini, Panorama de la pintura argentina contemporánea. Buenos Aires, Paidós, 1967, p. 61.
1958. PARPAGNOLI, Hugo, “Los no figurativos de la generación media”, Lyra, Buenos Aires, vol. 16, nº 171-173, reprod. byn [s.p.].
1959. “Fernández-Muro”, El Hogar, Buenos Aires, 5 de septiembre, reprod. byn [s.p.].
1995. WHITELOW, Guillermo, “Rumbos de la abstracción pictórica” en: AA.VV., Historia crítica del arte argentino. Buenos Aires, AACA/Telecom, 1995, reprod. color p. 172.
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