La exposición Papeles modernos. De Toulouse-Lautrec a Picasso, se compone de una selección de 86 obras sobre papel, pertenecientes al patrimonio del Museo. En ella se intenta, asimismo, destacar el rol fundamental que ocupa este soporte en la producción artística europea desde fines del siglo XIX hasta la primera mitad del XX.
Las obras seleccionadas por Ángel M. Navarro, fueron donadas o legadas al MNBA por coleccionistas como Antonio Santamarina, Jorge Larco, Simón Scheimberg y María Teresa Ayerza de González Garaño. Entre el 18 de marzo y el 23 de mayo de 2011 se exhibieron en el Malba - Fundación Costantini para conmemorar los diez años de la creación del museo
La muestra está organizada en siete núcleos temáticos: los estudios (bocetos y esbozos); los desnudos; la figura individual y los grupos; los retratos; la elocuencia de la imagen (emblemas y alegorías); los paisajes urbanos y el papel como medio de difusión. En ella se pueden contemplar dibujos y grabados de artistas franceses, italianos, españoles, alemanes y belgas, realizados a partir de la segunda mitad del siglo XIX por autores como Honoré Daumier y Henri de Toulouse-Lautrec, hasta alrededor de 1950 con trabajos firmados por Carlo Carrá, José Gutiérrez Solana, Federico García Lorca o Giorgio de Chirico, pasando por figuras de la Escuela de París como Amedeo Modigliani, Marc Chagall, André Lothe, además de artistas independientes como James Ensor, Georges Rouault, Henri Matisse, Pablo Picasso, Kathe Kollwitz, Georges Bracque y Paul Klee.
El MNBA, desde su fundación en 1895, gozó de una política combinada de adquisiciones y donaciones privadas y oficiales, que le permitió crear el Gabinete de Estampas. Dicha área fue impulsada por su primer director Eduardo Schiaffino y ampliada durante las gestiones de Atilio Chiappori, Domingo Viau, Jorge Romero Brest y Samuel Oliver, entre otros. En ella se reúnen piezas que van desde los maestros antiguos, presentes en la colección de dibujos John Bayley, hasta los artistas de los siglos XIX y XX.
Con referencia al rol del dibujo, los artistas lo utilizan de diversas maneras y con distinta finalidad: como boceto, para realizar estudios parciales o para resolver los problemas que pueden presentar las obras. “Son trabajos que surgen como exploración, experimentación o búsqueda de determinados temas, estudios libres que eventualmente podrían ser usados en una obra futura. También pueden ser dibujos que documentan la pieza que un artista produce, y que éste guarda en su taller”, explica Navarro.
También cuentan con el grabado, técnica que permite reproducir las obras con fines de divulgación o producir obras independientes. “Muchas de las piezas que aquí se exponen tienen que ver con esta situación, aunque en algunos casos provienen de series que se realizaron como obra independiente y de gran importancia”, sostiene Navarro. Tal es el caso de los grabados de Georges Rouault (1871-1858) pertenecientes a la serie monumental Miserere, publicada en 1948, en la que describe las trágicas consecuencias de la guerra y la miseria.
El papel constituye el soporte fundamental de los dibujos y grabados de los artistas modernos, al que recurrieron libremente según sus necesidades expresivas. Con Henri de Toulouse-Lautrec (1864–1901), este rol se hace evidente. Entre 1891 y 1901, realiza una treintena de afiches anunciando a los artistas de los clubes nocturnos parisinos, que se destacan por su resolución de color, su composición y la representación cálida, humana y sensual de los personajes. Algunos de estos afiches están presentes en la muestra.
A su vez, en los dibujos de Henri Matisse (1869-1954), la línea adquiere protagonismo y apela a la valoración del fondo, donde el papel aparece sin ningún tratamiento, tal como puede verse en la obra Desnudo femenino, presente en la exposición, dibujado con un suave trazo de carbonilla.
Navarro destaca que “resulta interesante comprobar cómo en Italia, país donde se generaron movimientos vanguardistas en la primera mitad del siglo XX, las formas tradicionales del dibujo siguen siendo utilizadas por los artistas”. Esto se observa en varios de los trabajos incluidos en esta exposición: Estudio para una adoración de los pastores, de Felice Carena (1879-1966); Pareja (1943), de Carlo Carrà (1881-1966) –uno de los fundadores del movimiento futurista y mentor, junto con Giorgio de Chirico, de la pintura metafísica–, y Pensativa, de Felice Casorati (1883-1963).
Pablo Picasso (1881-1973), utiliza el dibujo como práctica cotidiana y recurre al grabado como otro notable medio expresivo, tal como se aprecia en Tres desnudos de pie y estudios de cabezas, de 1927, presente en la exposición.
En el caso de Federico García Lorca (1898-1936), el papel es elemento fundamental que le permite mostrar otra faceta de su personalidad artística, tal como podemos verlo en Paisaje urbano, realizado en la hoja de un cuaderno de notas.
“En el heterogéneo conjunto proveniente de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes, compuesto con artistas extranjeros, debe señalarse que muchos fueron los que abrieron caminos en los planteos plásticos y técnicos, facilitando la multiplicidad de expresiones que el arte de nuestros días nos brinda. Si exceptuamos el inmenso campo que hoy presenta el arte virtual, en la mayoría de sus expresiones el papel sigue desempeñando un papel muy importante”, concluye Navarro.