Arte Argentino
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
Ver Colección ›Dos obras clave de su trayectoria, que se incorporan a la colección del Museo por donación de la artista argentina.
Más Información
Del 19 de octubre de 2022 al 20 de noviembre de 2022
42. Segundo piso. Exposiciones temporarias
2 obras expuestas
El Museo Nacional de Bellas Artes organiza la exposición “Una celebración a Graciela Taquini”, en la que se presentan dos obras de la artista argentina, realizadas en diferentes períodos, que se incorporarán a la colección institucional.
Se trata del video “Lo sublime/banal”, una obra clave en la producción de Taquini –con la que obtuvo el primer premio del prestigioso Festival Videobrasil en 2005–, y la instalación lumínica “¿Hay arte?”, creada por la artista en 2022. Ambas obras, donadas por la artista al Museo, se exhibirán hasta el 20 de noviembre en la sala 42 del segundo piso.
“Graciela Taquini es una artista que se mueve con fluidez y virtuosismo en dos registros simultáneos”, afirma el director del Museo, Andrés Duprat. “Por un lado, su formación en Historia del Arte y su labor como curadora aportan a su obra un robusto marco teórico. Por otro lado, maneja con destreza y libertad una cuerda poética que otorga a su trabajo fantasía y desparpajo. Así, sus obras transitan por un territorio ambiguo y polivalente”, agrega.
“En ‘Lo sublime/banal’, una situación doméstica y una conversación de entrecasa sirven de excusa para abordar una historia con múltiples pliegues y abismos temporales, en los que realidad y ficción construyen una trama deliciosa (como el postre que preparan las protagonistas), en torno a un encuentro fortuito con Julio Cortázar en París durante los años 70”, explica Duprat sobre una de las obras exhibidas.
La segunda de las obras exhibidas, “¿Hay arte?”, es una instalación lumínica creada por Taquini en 2022. Inspirándose en el filósofo Nelson Goodman ‒quien cuestionó la tradicional pregunta “¿qué es el arte?” con otra: “¿cuándo hay arte?”‒, aquí la artista interpela al espectador con interrogantes que encierran un complejo debate en el mundo del arte.
“Una celebración a Graciela Taquini” podrá visitarse hasta el 20 de noviembre en el segundo piso. El Museo Nacional de Bellas Artes, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación y cuenta con el apoyo de Amigos del Bellas Artes, está ubicado en Av. del Libertador 1473 (Ciudad de Buenos Aires) y abre sus puertas de martes a viernes, de 11 a 20, y sábado y domingo, de 10 a 20. La entrada es libre y gratuita.
---
Sobre Graciela Taquini
Buenos Aires, 1941
Artista, historiadora, gestora y curadora. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Se graduó como profesora y licenciada en Historia de las Artes en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires. Pionera del videoarte y del trabajo con nuevos medios, sus obras forman parte de colecciones nacionales e internacionales de Latinoamérica y Europa.
En 2011 se llevó a cabo su muestra antológica “Grata con otros” en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta. Al año siguiente, la exposición se replicó en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC) de Montevideo, Uruguay.
La muestra “Destino.2” se presentó, en 2018, en el Centro Cultural de España en Montevideo. Ese mismo año, estrenó su primer largometraje de ficción, “La obra secreta”.
Obtuvo numerosos premios, como el Konex de Platino (2012) en la disciplina videoarte y el Gran Premio del Salón Nacional de Artes Visuales en la categoría nuevos soportes (2014). Fue distinguida como personalidad destacada de la Universidad de Buenos Aires (2021).
Es miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes desde 2013.
---
Sobre las obras exhibidas
“¿Hay arte?”, 2022
Instalación lumínica
Medidas variables
Dedicada a Gastón Burucúa
Desde su primera obra en video, “Roles”, de 1988, Taquini trabaja con preguntas retóricas, ya sea tácitas o literales. Su objetivo es apelar y, al mismo tiempo, inquietar a espectadores/cómplices.
Esta obra se inspira en el giro copernicano que produjo el filósofo Nelson Goodman, quien cuestionó la tradicional pregunta “¿qué es el arte?” con otra: “¿cuándo hay arte?”. Este último interrogante incorpora la idea de proceso, propio de una actividad históricamente humana, y permite un camino de acceso más afín a las operaciones del arte contemporáneo.
A su vez, para Arthur Danto, hay arte cuando la obra entra en el circuito del arte, cuando existe una legitimación del poder hegemónico. Graciela Taquini, con su habitual ironía, rescata el gesto duchampiano de la voluntad del artista que, con una acción, señala el dilema.
“Lo sublime/banal”, 2004
Video monocanal, color
12’ 28”
Un abarcador, inquieto y único plano secuencia le alcanza a Graciela Taquini para fundar un mundo dentro de una cocina porteña en la que dos señoras locuaces evocan su encuentro parisino con el escritor Julio Cortázar en 1971, mientras se baten cremas y se escogen frutillas para decorar el postre cuya degustación también las reúne. Ese plano secuencia funciona además enhebrando, conteniendo y unificando la altisonante dispersión de las protagonistas, capaces de girar en la misma frase del recuerdo totémico y poético, acaso distorsionado o estilizado por la memoria, hacia el detalle culinario, doméstico, evanescente, dicho y saboreado con el mismo énfasis.
Las señoras comensales y sofisticadas de “Lo sublime/banal”, una de ellas la autora, la otra su amiga Felicitas, lograrán simultáneamente convertir el empeñoso caos de su universo de citas e ingredientes en un laberinto con sentido, una arquitectura, diría Borges, cuando finalmente comparten sobre la mesa dos comuniones: sus dos postres y sus dos postales de Notre Dame en las que Cortázar dejó armado su juego especular.
A cada una le escribió algo que solo se verifica y revela sentido en la confrontación con lo que le escribió a la otra. A Taquini, como a Cortázar, le gustan los juegos de opuestos, y saben que como todo juego necesita de reglas y necesita del azar. Como en Cortázar, lo extraordinario y lo fantástico asaltan lo cotidiano; la luminosa y sensual sesión culinaria deviene en otra de espiritismo y las repeticiones o los espejos se redimen en un círculo perfecto, gracias al cual, diría Borges, vivimos y morimos para que se repita una escena.
Las simetrías no son tampoco ajenas a esta obra de Taquini que se clausura con el círculo de un vitral de Notre Dame. Tal vez aquellas jóvenes estudiantes de Letras e Historia del Arte tuvieron ese encuentro con Cortázar en un bar parisino hacia 1971 para que hoy naciera esta obra. También Cortázar citaba a Mallarmé al decir que toda vida debería poder convertirse en una novela, que estábamos predestinados a ser literatura y que esa literatura nos justificaba.
Alberto Farina
(Fragmento del texto para el Festival VIDEOBRASIL 2005)
Un vasto panorama de arte argentino, con obras de sus mayores representantes
Ver Colección ›Explorá las obras maestras de todos los tiempos en exposición y guarda
Ver Colección ›