
Sacrificio de Melquisedec
Tiepolo, Giovanni Battista. ca. 1740
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 5171
Obra Exhibida
Sala 9. Arte europeo
Con el desarrollo de la naturaleza muerta en el siglo XVII aparecieron diferentes tipos, especialmente en Holanda y Flandes (1). Uno de ellos es el que toma las flores como motivo principal. A la atracción que producían la belleza de sus formas, colores y aromas se sumó también la exoticidad de algunas que en este tiempo comenzaban a aclimatarse en esta parte de Europa. Se las representó en bouquets en vasos y canastillas, en guirnaldas que a veces enmarcan un retrato o una imagen religiosa en una cartela o un nicho pero también pueden aparecer como corona o festón que se ata con moños a anillos sujetos a un muro o en el vano de una puerta. En ellos está presente la idea de trompe-l’oeil, trampantojo, y se combinan con cortinas u otros elementos para aumentar la sensación de realismo.
En las flores se ha visto además la idea de transitoriedad que les confiere su corta vida, a la que en muchas ocasiones hace alusión la Biblia, como Isaías 40, 6-8: “Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo / La hierba es seca y la flor se cae… sécase la hierba, cáese la flor”, o Job 14, 1-2: “El hombre nacido de mujer… que sale como una flor y es cortado y huye como la sombra y no permanece”. Esta situación ha sido asociada también a la idea de vanidad tal como lo proclaman los versículos 1 y 2 del Eclesiastés: Vanitas vanitatum omnia vanitas, esto es, “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”. De donde surge el nombre de vanitas para estas pinturas que aluden a lo transitorio de la vida. Jan Philip van Thielen es un artista que se especializó en la pintura de flores, tema en el que sigue a su maestro Daniel Seghers (1590-1661), quien, junto a Jan Brueghel I (1568-1625), fue uno de los más importantes representantes del género en Flandes. En nuestra obra, como sucede en muchas de sus composiciones, aparecen varios tipos de rosas, lirios, anémonas que M. L. Hairs considera típicas de este pintor (2), otras pequeñas flores de jardín y el exótico tulipán, que era una vedette en esta época, organizadas de modo tal que se destacan especialmente algunos ejemplares como sucede aquí con los tulipanes, las rosas y las dos variedades de fritilaria (latifolia y meleagris).
1— Para el tema de la naturaleza muerta en general, remitimos a Norbert Schneider, Naturaleza muerta. Köln, Taschen, 1992.
2— Marie-Louise Hairs, Les peintres flamands de fleurs au XVIIe siècle. Paris/ Bruxelles, Meddens, 1965, p. 204.
1994. NAVARRO, Ángel M., La pintura holandesa y flamenca (siglos XVI al XVIII) en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 89-91, reprod. color.
1996. BROWN, Christopher, “Book Reviews, Publications Received”, The Burlington Magazine, London, vol. 138, nº 1124, p. 760.
2001. NAVARRO, Ángel M., Maestros flamencos y holandeses (siglos XVI al XVIII) en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 91-93, reprod. color. — NAVARRO, Ángel M., Flemish and Dutch Masters (from the XVIth to the XVIIIth century) at the National Museum of Fine Arts. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 91-93, reprod. color p. 91.
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