
El beso, estudio
Rodin, René François Auguste. c. 1881-1882
Más Informaciónsobre la obra
Inventario 2223
Obra Exhibida
"Museo secreto. De la reserva a la sala" - Pabellón de exposiciones temporarias
James Ward fue el pintor de animales más importante de su generación, realiza también retratos, paisajes, pinturas de género y de historia en una larga producción desarrollada durante su larga vida. La formación de Ward comenzó como grabador con su hermano William Ward (1766-1826) y John Raphael Smith. Realizó grabados de obras de los artistas William Beechey (1753-1839), John Hoppner (1758?-1810) y Thomas Lawrence (1769-1830) entre otros, obteniendo gran demanda por sus mezzotintas. Su producción pictórica puede ser dividida en dos épocas aunque en toda su obra se observa un carácter ecléctico dado por la simplificación de elemntos que extrae del arte contemporáneo y de los antiguos maestros. La primera comienza en 1790 cuando se inician sus pinturas al óleo en las que es claramente visible la influencia de George Morland (1763-1804), único artista que Ward había estudiado. Morland vivió con su familia y además fue el esposo de su hermana.
La segunda época ha sido caracterizada por el impacto de la obra de Peter Paul Rubens. Relacionado con la Argricultural Society comenzó a pintar retratos de ejemplares vacunos valiosos y por ello realizó viajes por todo el país. También pintó caballos, perros o animales salvajes en dinámicas poses usando una pincelada vigorosa y gran colorido. Posteriormente pintó temas mitológicos y religiosos y batallas, sobresaliendo con El triunfo de Wellington, premiada por la British Institution. En 1830 se retiró a una cabaña de Cheshunt, y continuó exhibiendo sus obras en la Royal Academy y la British Institution.
Al final de su vida por problemas económicos debió buscar la asistencia de la Royal Academy.
Murió en 1859.
Esta obra proviene del legado de Adriano Rossi que integró la colección fundacional de nuestro Museo. Presenta un grupo de perros ratoneros que en una barraca observan atentamente una jaula. Los perros fueron algunos de los animales preferidos de James Ward quien los pintó en poses diferentes y además los representó en numerosos dibujos y grabados. En ellos aparece de un modo vívido y dinámico que pone en evidencia el profundo conocimiento de la anatomía de los animales así como la maestría para el dibujo que el artista poseía. En el Perro perteneciente al Fine Art Museum de San Francisco (Estados Unidos) (1) puede verse uno que en el espacio abierto de un bosque muestra tambień su concentración en un punto de interés con una solución que ofrece grandes similitudes con el que se ve en el centro de nuestra pintura.
Este animal se convierte en el foco de la composición en la que aparecen otros cuatro de razas diferentes, se hallan en poses distintas y también ostentan pelajes de diversos largos y colores. El artista los ha acomodado de modo interesante siguiendo ciertos principios que se vinculan a la composición tradicional: con uno de ellos parado sobre la tapa de un tonel, los protagonistas de la obra pueden ser encerrados en un triángulo de gran base y poca altura. Todos los animales dirigen su mirada hacia el ángulo izquierdo donde se ubica la ratonera, orientando con este gesto también la del observador. Trabajada en una paleta restringida, la obra está dominada por los ocres y tierras que sirven para plantear un contraste interesante con los blancos y negros de los pelajes de los perros y muy especialmente con el que se ve en el centro de la composición que se transforma en un acento claro y atractivo. La pequeña obra en la que se destaca la utilización de diferentes texturas muestra la habilidad del pintor para representar animales, campo en el que la obra de James Ward alcanzó notoriedad y gran difusión.
Ward fue posiblemente el más importante pintor de animales de su tiempo, pero también fue pintor de paisajes y otros temas que a lo largo de su extensa vida permitieron al artista demostrar su excelentes condiciones y a los críticos, considerarlo un ecĺéctico.
En su representación de animales lograba brillantes resultados en el tratamiento de las pieles y también en el sentido de movimiento que se apoyaba en el empleo de un dibujo riguroso y en el uso de una pincelada suelta y vigorosa. Si bien nuestra obra ofrece ciertas características como las que subrayamos, tal vez debamos anotar que en el tratamiento de algunas de las figuras, como el animal a la izquierda, encontramos un carácter demasiado sumario, al igual que el uso de la materia y el color son más restringidos. Debemos señalar asimismo que la obra presenta dos iniciales JW., una abajo a la derecha y otra a la izquierda que se ve como un graffito a media altura en el centro del descascarado muro. Pero además de éstas existen, abajo a la izquierda, las iniciales JFP. Esto nos lleva a pensar que si bien la obra ingresó con la atribución tradicional que aquí conservamos, podría tratarse de una obra realizada con la ayuda de un desconocido artista de su taller, posiblemente un alumno de Ward.
(1) Tinta y aguada, 29,5 x 37,2 cm, inventario n° 1963.30 15678.
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